Estos contratos jurídicamente vinculantes son decisiones inteligentes para alguien que aporta bienes o deudas sustanciales al matrimonio, o para alguien que posee un negocio y quiere proteger a su nuevo cónyuge de las responsabilidades que conlleva la actividad empresarial. Pero los acuerdos prenupciales y postnupciales no son sólo para personas con un alto patrimonio. Son útiles para cualquier pareja que quiera tomar decisiones importantes con antelación sobre cómo se manejarán los bienes en caso de divorcio o si uno de los cónyuges fallece. Los acuerdos prenupciales y postnupciales también suelen ser utilizados por personas que tienen hijos de un matrimonio anterior o nietos y que desean asegurarse de que ciertos bienes pasarán a estas partes en lugar de a un cónyuge superviviente en caso de que mueran o se divorcien.